Edificios muralla

Las prospecciones magnéticas mostraron evidencias de una trama urbana en la parte noreste del yacimiento e importantes indicios de combustión que podrían responder a hogares o restos de un posible incendio.
Las excavaciones confirmaron la existencia de materiales y de estructuras arqueológicas correspondientes a las tres fases de ocupación del asentamiento, comprendidas entre el Bronce Final/ Primer Hierro (a mediados del s. IX – VII a.C.) y la época romana tardo-republicana. (a mediados del siglo I a.C.).

Correspondientes a la última fase se descubrieron 5 espacios y una calle adosada en el tramo noreste de la muralla. Este conjunto constructivo podría corresponder a un gran edificio, que habría combinado funciones de vivienda y de almacenamiento.

El estado destructivo de las diferentes estancias, con abundante material cerámico aplastado sobre el nivel de circulación y la presencia de abundante material bélico de tipo arrojadizo sobre los escombros de las estructuras (hecho que indicaría haber sido lanzado desde el exterior) hacen evidentes un enfrentamiento militar, posiblemente iniciado en este extremo del asentamiento.