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Panel 3. Puig Ciutat: una estancia multifuncional

Se excavó en este lugar para identificar una de las habitaciones que mejor se había localizado en las prospecciones geofísicas y que, aparentemente, se incendió.

También se quiso comprobar la presencia de una calle que habría atravesado el campo de norte a sur, permitiendo el acceso desde una de las puertas de la muralla hacia el interior del asentamiento.

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¿Cómo estaba construida?

La estancia estaba construida con un zócalo de piedra ligada con barro y con un alzado de tapia, como el resto de edificios de época romana republicana.

La cubierta, sostenida con vigas de roble, estaba realizada con ramillas e impermeabilizada con arcilla.

La habitación limita al oeste con la calle y presenta una apertura a mediodía. El hecho de que la puerta se abra hacia el sur indica que se trata de un edificio complejo.

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¿Qué funcionalidad tenía?

Los materiales recuperados no indican un uso concreto del espacio, dado que había tanto herramientas de trabajo (una sierra, un par de pesas de telar, etc.) como recipientes cerámicos de uso doméstico.

Se han localizado dos ánforas, una procedente de la Península Ibérica y la otra de la Península Itálica, y son la muestra del transporte de aceite, vino o salazones (conserva de pescado).

Destaca el conjunto formado por una cratera, un vaso empleado para mezclar el agua y el vino, y varios vasitos para beber. La cratera procedía de Sicilia y los vasitos de la actual Italia.

También se ha recuperado una ficha de juego hecha con cerámica ibérica,

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¿Cómo fue su final?

La estancia fue destruida durante la batalla que a mediados del s. I puso fin a la vida del asentamiento. Los indicios recuperados en este lugar son:

  • Envigado del techo quemado. Se habría movido al recuperar material después de la batalla
  • Armamento arrojadizo (proyectil de honda, punta de catapulta y punta de jabalina) sobre los escombros. Este solo pudo ser disparado desde el exterior.
  • Cerámica aplastada in situ
  • Parte delantera de un perro atrapado bajo los escombros. La parte posterior, expuesta a la intemperie, fue devorada por los carroñeros.

Edificio 1

En este punto, la excavación se realizó con el objetivo de caracterizar una construcción de grandes dimensiones que se había detectado previamente gracias a las prospecciones geofísicas y se había identificado como “Edificio 1”.

La excavación arqueológica dejó al descubierto un edificio de planta cuadrada de 11 x 11 metros de lado, compartimentado en diferentes habitaciones que se abrían hacia un espacio distribuidor central. Se accedía a este mediante un pasillo que comunicaba con una única puerta de acceso al conjunto, abierta en la fachada sur. La datación aportada por el material cerámico recuperado confirmaba que el edificio correspondía a la última fase de ocupación del asentamiento, de época tardo-republicana.

Los trabajos mostraron cómo la estructura estaba muy afectada debido a las tareas de cultivo del campo en épocas recientes y cómo parte de los muros que dividían el conjunto no se conservan. A pesar del mal estado de los restos, en la zona de acceso se recuperó parte de un carbón que podría formar parte del cierre de la puerta.

La apertura de dos sondeos en el interior del edificio permitió comprobar que este había sufrido un espolio ya en época antigua, probablemente para recuperar parte de las piedras de los muros norte y oeste.

Las grandes dimensiones otorgan al edificio un carácter relevante en el complejo constructivo del asentamiento. Según las fuentes documentales, un edificio de estas características podría corresponder a la residencia del comandante del campamento romano, llamada praetorium, o a un espacio administrativo, llamado principia. En el caso de Puig Ciutat, este espacio podría haber cumplido ambas funciones.

Edificios muralla

Las prospecciones magnéticas mostraron evidencias de una trama urbana en la parte noreste del yacimiento e importantes indicios de combustión que podrían responder a hogares o restos de un posible incendio.
Las excavaciones confirmaron la existencia de materiales y de estructuras arqueológicas correspondientes a las tres fases de ocupación del asentamiento, comprendidas entre el Bronce Final/ Primer Hierro (a mediados del s. IX – VII a.C.) y la época romana tardo-republicana. (a mediados del siglo I a.C.).

Correspondientes a la última fase se descubrieron 5 espacios y una calle adosada en el tramo noreste de la muralla. Este conjunto constructivo podría corresponder a un gran edificio, que habría combinado funciones de vivienda y de almacenamiento.

El estado destructivo de las diferentes estancias, con abundante material cerámico aplastado sobre el nivel de circulación y la presencia de abundante material bélico de tipo arrojadizo sobre los escombros de las estructuras (hecho que indicaría haber sido lanzado desde el exterior) hacen evidentes un enfrentamiento militar, posiblemente iniciado en este extremo del asentamiento.

Muralla sureste

La intervención en este lugar tenía como objetivo comprobar la presencia de uno de los accesos principales al asentamiento en su última fase. La hipótesis de que se encontraba en este punto se basaba en que es la zona donde confluye un camino de acceso a la cima del cerro por el este, que podría ser de origen antiguo, y la calle principal del área, que sigue una orientación de norte a sur.

Los trabajos permitieron localizar dos tramos de muralla en este punto, separados por cierto desnivel entre ellos, en cuyos extremos se podría ubicar la puerta, aunque no se ha podido confirmar a causa del elevado grado de devastación. Además, esta idea está apoyada por la presencia, dentro del asentamiento, de un muro paralelo a la muralla que dibujaría un pasillo de acceso que desembocaría a una segunda puerta que se encontró tapiada.

Las estructuras conservadas en el interior del asentamiento permanecen totalmente desconocidas ya que la zona se encontró cubierta de una potente capa de piedras, la función de la cual no se ha podido aclarar. La datación de los diversos restos de fauna en conexión anatómica asociadas permitió fecharlas en la última fase de ocupación.

A nivel de hipótesis se plantea la opción de que el vertido de piedras respondiese al refuerzo o al tapiado de la zona en los momentos finales del asentamiento, pero se deberá esperar a futuras campañas para poder corroborarlo.

Muralla este

Se intervino en este punto con el objetivo de conocer en extensión todo el lienzo de muralla que ya se había localizado con anterioridad y, asimismo, observar cómo se asentaba la estructura.

Los trabajos permitieron observar cómo la muralla se asentaba directamente sobre la estratigrafía anterior. A este lado se observó cómo los muros de la fase intermedia se proyectaron por debajo de la muralla romana. También se localizó un muro correspondiente a la fase más antigua del asentamiento (Bronce Final/Primer Hierro), siendo la primera estructura localizada de este período.

Sondeos suroeste 20, 21, 22 y 23

Los sondeos 20 a 23 comparten objetivo: localizar la muralla en la vertiente sur del asentamiento.

Sondeo 20: tanto las prospecciones geofísicas efectuadas en el año 2010 como las tomografías eléctricas efectuadas a finales de 2014 apuntaban la presencia de un tramo de muralla en este lugar. Los trabajos permitieron localizar la estructura defensiva, de la cual solo permanece una hilada.

Sondeo 21: en este lugar no se localizó ningún resto de interés arqueológico. La estratigrafía parecía responder a los trabajos de cultivo de la zona.

Sondeo 22: la observación superficial de un par de muros en este punto, junto con el fuerte desnivel existente, hizo prever la posibilidad de localizar la muralla en este lugar. Los trabajos permitieron comprobar que se trataba de bancales de viña de épocas más recientes.

Sondeo 23: la observación superficial de un muro en este punto, junto con el fuerte desnivel existente, hizo prever la posibilidad de localizar la muralla en este lugar. La excavación puso de manifiesto que se trataba de bancales de viña.